La presión arterial disminuye debido a la sobrecarga

Todos lo conocemos: nos quedamos paralizados frente a una tarea desagradable que parece insuperable, no sabemos por dónde empezar y una ola de desagrado nos recorre, incluso nos invade una sensación de cansancio que se posa pesadamente en el ánimo, permanecemos inmóviles ante el escritorio.

El pensamiento parece paralizado y nos sentimos incapaces de comenzar o tomar una decisión. Comúnmente conocido como "el perro interior", esto también se puede demostrar fisiológicamente: un estudio ha revelado que en tales situaciones la presión arterial disminuye. ¿Qué hacer? El "perro interior" es en realidad una expresión de una forma especial de experimentar el estrés: nos sentimos abrumados y, como respuesta, nuestro sistema nervioso reacciona con un apagado.

A muchos les sucede con la tarea de completar la declaración de impuestos, otros lo conocen al limpiar, los niños a menudo sufren cuando tienen que hacer sus deberes. Incluso los dilemas emocionales con necesidad de acción pueden tener este efecto.

Al observarlo más detenidamente, se nota que estas actividades suelen ser aquellas en las que no tenemos rutina o práctica. La declaración de impuestos se hace solo una vez al año, con los deberes el nuevo material aún no está sobrepasado, la tecnología es inusual porque rara vez lidiamos con ella. Por eso nos sentimos abrumados. No importa si realmente estamos abrumados o simplemente creemos que es demasiado difícil para nosotros, el efecto es el mismo.

Desarrollar rutinas

Cuando se trata de tareas recurrentes, vale la pena adoptar rutinas para lograr un efecto a largo plazo. Cuando la tarea se repite de la misma manera con la mayor frecuencia posible, se produce una reorganización neuronal en el cerebro. La automatización requiere mucho menos recursos cerebrales, la tarea se puede manejar con un esfuerzo mínimo y se liberan capacidades para actividades creativas, interesantes y nuevas.

Si no hacemos nada al respecto y la situación se repite regularmente, nos entrenamos para bloquearnos. Los sentimientos de desagrado se asocian con la tarea y nos resulta más difícil sobrescribirlos con una rutina positiva.

La "disciplina férrea" en realidad no se debe tanto a la "férrea" fuerza de voluntad, sino a la elaboración coherente de rutinas. El desarrollo de rutinas es de gran importancia para la prevención del estrés y, por lo tanto, es parte de una buena gestión del estrés.

El principio de los pequeños pasos

John Allen, el "papa" de la autoorganización, recomienda, en casos como este, dividir la tarea en pequeños pasos, anotarlos en una lista y completarlos uno a uno. Si aún así no funciona o si el trabajo se atasca en algún punto, los pasos deben hacerse aún más pequeños o se debe considerar si es necesario utilizar herramientas y luego dividirlas nuevamente en pequeños pasos.

No solo es útil abordar una tarea de una sola vez mediante este enfoque de pequeños pasos. También es beneficioso al aprender nuevas habilidades. Esto se debe a la naturaleza de nuestro cerebro. La memoria a corto plazo solo puede retener entre tres y siete cosas a la vez. Solo cuando estas se almacenan de manera segura en la memoria a largo plazo, el nuevo conocimiento puede utilizarse como base para construir algo nuevo.

Hay un experimento interesante de Estados Unidos al respecto: un grupo de estudiantes voluntarios que debían aprender a jugar al golf se dividió en grupos. El Grupo 1 comenzó a practicar al intentar golpear la pelota en el hoyo desde una distancia de 20 cm. Cada sesión de práctica consistía en 50 tiros, y después de cada sesión, la distancia se incrementaba en 20 cm. Un grupo de comparación practicó en las mismas condiciones, solo que la distancia se determinó al azar en cada sesión, y otro grupo siguió el orden inverso de las distancias, comenzando con una gran distancia que se reducía. En comparación, el Grupo 1 no solo fue el más exitoso en cuanto a precisión, sino que los estudiantes también fueron más resistentes a distracciones externas mientras jugaban.